es tiempo de nervios, de la llegada de los exámenes...
a falta de 2 semanas, y como ya ocurrió en el 1º cuadrimestre, una muela decide llamar la atención y dejarme medio KO tocandome un nervio (y las pelotas), de forma que uno tiene que ir "yonki" todo el dia a base de medicación...que asco...
además con el tema de la recuperación de sesiones perdidas de nuevo se nos tira el tiempo encima de los exámenes... (mierda de Bolonia en algunos aspectos) y la cosa empieza a enturbiarse...
eso si...una vez matada la muela y una vez acabado de leer el libro de francés (aunque no confiado con el resultado que vaya a obtener), de lo que no me voy a privar es de conocer LES COVE DE VINROMÀ, porque si en navidad no pude, esta vez no me lo pienso perder...
agarreuse els cinturons, i que tremolen els covarxins!!!
Para empezar...
Que comience el espectaculo!!!
20 de mayo de 2011
7 de mayo de 2011
el esfuerzo tiene su recompensa
al final el esfuerzo realizado para este blog ha sido recompensado con un 4'5 sobre 5 puntos posibles!!!
eso si, y con el conocimientp para empezar a hacer ahora un blog más personal y dinámico!!!
preparados, listos, ya!!!
eso si, y con el conocimientp para empezar a hacer ahora un blog más personal y dinámico!!!
preparados, listos, ya!!!
3 de mayo de 2011
NOTA. práctica de la PDI
Por motivos personales, la primera práctica referente a la PDI y la primera toma de contacto con los Tablet-PC no la pude hacer.
Puesto que ese dia hubo pantallazos a los diferentes usos que le dieron los compañeros a sus Tablet-PC, y no me parecía justo copiar el de alguno de ellos sin su consentimiento, la profesora me permitió evitar hacer uso del plaggio y por ello escribo esta nota, para que conste que aunque no fui si que la tuve presente. De echo el desarrollo de esa práctica sí que aparece en mi portafolio de prácticas.
Fran.
Puesto que ese dia hubo pantallazos a los diferentes usos que le dieron los compañeros a sus Tablet-PC, y no me parecía justo copiar el de alguno de ellos sin su consentimiento, la profesora me permitió evitar hacer uso del plaggio y por ello escribo esta nota, para que conste que aunque no fui si que la tuve presente. De echo el desarrollo de esa práctica sí que aparece en mi portafolio de prácticas.
Fran.
2 de mayo de 2011
con la muerte en los talones!!!
y despues de casi 10 años de los atentados en el World Trade Centre, despues de más de 7 años de los de Atocha y aledaños...despues de tantas y tantas víctimas inocentes que cayeron por las tonterias que defendía este personaje:
ADIOS MR. LADEN!!!
ADIOS MR. LADEN!!!
La excelencia en educación: algo más que una ocurrencia
Las escuelas, los institutos, las universidades o el profesorado excelentes no se crean por regulaciones legales o administrativas, sino por el afianzamiento de políticas que apoyen el buen hacer y no toleren lo que lo entorpezca. El alumno excelente es, sencillamente, el buen alumno. La entrada en escena del tema de la agrupación segregada de estudiantes excelentes es otra de las ocurrencias a las que estamos acostumbrados, que no tendría más importancia si no afectase a una de las columnas del sistema: la de la comprensividad planteada ahora con más sutileza.
Querían quitarse de en medio a los peores, a los pendencieros, a los que no saben apreciar las esencias de una educación costosa que no aprovechan, añadiendo el convincente argumento de que los débiles académicamente entorpecen y frenan la fecunda enseñanza de una parte del colectivo profesoral, que ve cómo su promisoria semilla esparcida para todos no germina en un porcentaje significativo del alumnado, tierra infértil del sistema.
Teniendo una mínima decencia no es fácil presentare en sociedad razonando que una parte importante de los alumnos están genéticamente avocados al fracaso. Mucho menos puede apelarse a una distinción de origen entre quienes merecen dominar el mundo terrenal y los bienaventurados, pobres de espíritu, que serán preferidos en el otro mundo.
La conciencia de ser buena gente no puede admitir que se expulse del sistema a quienes teniendo derecho a estar escolarizados siguen una pobre trayectoria a lo largo de la escolaridad y se ven abocados al fracaso. Qué hacer con ellos es una pregunta cuya respuesta inquieta social y moralmente.
¡Eureka! Se puede hacer lo contrario. Si no se permite o está mal visto desalojar a los débiles, dejémosles con los "normales" y sacamos del conjunto mediocre a los superalumnos, que no es lo mismo que los superdotados. No es infrecuente que estos fracasen en las escuelas e institutos.
El efecto es el mismo, pero la estrategia es más presentable. Los padres y madres no van a sentirse avergonzados por no tener un retoño superdotado. Ya que parece poco rentable apoyar a los más débiles para mejorar la posición en el ranking de PISA o en otros indicadores, concentrémonos en los mejores. Este podría ser el planteamiento de quienes, a pesar de evidencias científicas, buscan la estratificación del alumnado a toda costa.
La ocurrencia de segregar a los excelentes parecía ser en experimento controlado que podría tener algún interés para extraer conclusiones que podrían extrapolarse a los centros donde haya algún alumno o alumna excepcionales. Pero, al querer extender esa experiencia a todos los centros, se pueden ver otras intenciones en el proyecto. ¿O es que se ha descubierto mucha más excepcionalidad de la que creíamos que había?
Creo que es una muestra más de la no aceptación del principio de comprensividad, cuando este estaba ya debilitado, que, de manera contradictoria, ahora un Gobierno del PSOE corrige (con la Ley de Economía Sostenible) lo que otro anterior del mismo color político estableció por ley. Cuando, además, la norma legal ya facilitaba el flexibilizar mucho más el sistema.
Un regreso que, en este caso no viene avalado por el versátil informe PISA, que dice que los países con mejores puntuaciones están entre aquellos que mantienen la comprensividad hasta edades más prolongadas.
El camino que se emprende no tiene fácil retorno. Como los ocurrentes quizá suponen que el genio viene de origen, ¿por qué limitar la medida al bachillerato, desaprovechando la excelencia desde mucho antes? Habrá -se dice- un grupo para los estudiantes brillantes en todos los centros. Siendo así ¿qué razón se puede oponer a la separación de quienes se sitúan en la franja media respecto de los que están por debajo de ellos?
Me asalta una duda. Un sistema que parece ser incapaz, por lo visto, de responder a las deficiencias y lograr que nadie quede atrás es poco probable que sepa manejar la excepcionalidad por arriba. Es sabido que los alumnos sobredotados encajan bastante mal en las estructuras de funcionamiento de las aulas y los cetros, que se aburren o manifiestan inapetencia intelectual por unos contenidos a los que ellos -inteligentes que son- no les ven sentido.
¿Cómo se puede tratar la excepcionalidad en grupos segregados, si no se hace en la enseñanza de todos? Si no se diferencian los métodos y se permite que afloren las diferencias no se va ir mucho más allá de exigir más contenidos de las mismas materias que tendrán que cursar igual que los demás. No se logrará más que meter por otra puerta lo que no es tan presentable el hacerlo por otras. Eso sí; ahora con argumentos renovados: en lugar de acudir a la calidad, se recurre a la excelencia. Por otro lado no se podrá acusárseles de elitismo, pues ahora el problema es de equidad y mejora del talento.
FUENTE: José Gimeno Sacristán para http://www.elpais.com/
Querían quitarse de en medio a los peores, a los pendencieros, a los que no saben apreciar las esencias de una educación costosa que no aprovechan, añadiendo el convincente argumento de que los débiles académicamente entorpecen y frenan la fecunda enseñanza de una parte del colectivo profesoral, que ve cómo su promisoria semilla esparcida para todos no germina en un porcentaje significativo del alumnado, tierra infértil del sistema.
Teniendo una mínima decencia no es fácil presentare en sociedad razonando que una parte importante de los alumnos están genéticamente avocados al fracaso. Mucho menos puede apelarse a una distinción de origen entre quienes merecen dominar el mundo terrenal y los bienaventurados, pobres de espíritu, que serán preferidos en el otro mundo.
La conciencia de ser buena gente no puede admitir que se expulse del sistema a quienes teniendo derecho a estar escolarizados siguen una pobre trayectoria a lo largo de la escolaridad y se ven abocados al fracaso. Qué hacer con ellos es una pregunta cuya respuesta inquieta social y moralmente.
¡Eureka! Se puede hacer lo contrario. Si no se permite o está mal visto desalojar a los débiles, dejémosles con los "normales" y sacamos del conjunto mediocre a los superalumnos, que no es lo mismo que los superdotados. No es infrecuente que estos fracasen en las escuelas e institutos.
El efecto es el mismo, pero la estrategia es más presentable. Los padres y madres no van a sentirse avergonzados por no tener un retoño superdotado. Ya que parece poco rentable apoyar a los más débiles para mejorar la posición en el ranking de PISA o en otros indicadores, concentrémonos en los mejores. Este podría ser el planteamiento de quienes, a pesar de evidencias científicas, buscan la estratificación del alumnado a toda costa.
La ocurrencia de segregar a los excelentes parecía ser en experimento controlado que podría tener algún interés para extraer conclusiones que podrían extrapolarse a los centros donde haya algún alumno o alumna excepcionales. Pero, al querer extender esa experiencia a todos los centros, se pueden ver otras intenciones en el proyecto. ¿O es que se ha descubierto mucha más excepcionalidad de la que creíamos que había?
Creo que es una muestra más de la no aceptación del principio de comprensividad, cuando este estaba ya debilitado, que, de manera contradictoria, ahora un Gobierno del PSOE corrige (con la Ley de Economía Sostenible) lo que otro anterior del mismo color político estableció por ley. Cuando, además, la norma legal ya facilitaba el flexibilizar mucho más el sistema.
Un regreso que, en este caso no viene avalado por el versátil informe PISA, que dice que los países con mejores puntuaciones están entre aquellos que mantienen la comprensividad hasta edades más prolongadas.
El camino que se emprende no tiene fácil retorno. Como los ocurrentes quizá suponen que el genio viene de origen, ¿por qué limitar la medida al bachillerato, desaprovechando la excelencia desde mucho antes? Habrá -se dice- un grupo para los estudiantes brillantes en todos los centros. Siendo así ¿qué razón se puede oponer a la separación de quienes se sitúan en la franja media respecto de los que están por debajo de ellos?
Me asalta una duda. Un sistema que parece ser incapaz, por lo visto, de responder a las deficiencias y lograr que nadie quede atrás es poco probable que sepa manejar la excepcionalidad por arriba. Es sabido que los alumnos sobredotados encajan bastante mal en las estructuras de funcionamiento de las aulas y los cetros, que se aburren o manifiestan inapetencia intelectual por unos contenidos a los que ellos -inteligentes que son- no les ven sentido.
¿Cómo se puede tratar la excepcionalidad en grupos segregados, si no se hace en la enseñanza de todos? Si no se diferencian los métodos y se permite que afloren las diferencias no se va ir mucho más allá de exigir más contenidos de las mismas materias que tendrán que cursar igual que los demás. No se logrará más que meter por otra puerta lo que no es tan presentable el hacerlo por otras. Eso sí; ahora con argumentos renovados: en lugar de acudir a la calidad, se recurre a la excelencia. Por otro lado no se podrá acusárseles de elitismo, pues ahora el problema es de equidad y mejora del talento.
FUENTE: José Gimeno Sacristán para http://www.elpais.com/
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